el cuerpo en el cajón, que el luto de Cristina es un disfraz, que
Kirchner eligió morir para no perder otra elección, que el día del padre
la presidenta lo pasó con sus hijos pensando que hacía con su
candidatura, son algunas de las bajezas que se pueden escuchar en el
arco opositor argentino en estos tiempos.
Antes, ahora y seguramente después seguiremos siendo testigo de como los
políticos desesperados atacarán a la figura de Nestor Kirchner y por
elevación a la de Cristina. Esto habla de que Nestor vive, vive en
nosotros, quienes lo apoyamos y nos sentimos parte de esto y sin lugar a
duda vive en el máximo rencor y odio de quienes se ven opacados por esta
figura que se hace eterna. Que no muere, nace.
Es muy fácil atacar a un muerto, ya que nunca dará respuesta. Pero como
“El Flaco” vive las respuestas llegan. Llegan de a millones, los
repudios son multitudinarios y el apoyo es cada día más grande. Por que
el esta en todos los que creíamos que la política era para pocos, los
que somos de la generación que solo veíamos fango y nunca flores, de
quienes lucharon en los setenta, de quienes estaban postergados y de
todos los que tenemos memoria.
Por que hoy los muertos son políticos, sus declaraciones los sepultan y
muestran su verdadero aroma. Huelen a rencor, resignación y envidia.
Sueñan, en sus ansias de poder, con tener aunque sea quince minutos el
amor genuino de la gente. Ese calor que supo tener Nestor y hoy vive
Cristina.
Nos dicen que somos locos, pero cada día somos más los locos que
queremos la igualdad, que queremos ver al estado vivo y en acción.
Seguirán criticando y armarán historias. Apoyarán a los grandes medios,
trabajarán para las multinacionales y buscarán como arañar poder. Pero
lo que nunca van a poder tener es la vida eterna, esa que solo tienen
los grandes, los que dejan algo, los que activan generaciones, los que
dan esperanzas, los que tienen el cariño y el clamor popular. Esos a
pesar de la muerte viven para siempre.
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