jueves, 19 de agosto de 2010

La mala praxis política

Es común escuchar hablar de mala praxis profesional, por ejemplo, en medicina. Básicamente seria algo así como un accionar profesional negligente, en el que se cometen errores, omisiones o faltas graves (cualquier cosa les paso el número de un abogado amigo). Y, en general, parece que los médicos suelen cuidarse las espaldas continuamente para no obrar de mala manera, lógicamente para cuidar al paciente, pero también porque hay una especie de industria del juicio por mala praxis.
Hoy me preguntaba, viendo algunos casos de la actualidad política, si no seria rentable en Argentina una industria de los juicios por mala praxis política.
Trataré de explicarme. Uno puede pararse en la posición que quiera frente al gobierno, apoyar o criticar lo que considere correcto o incorrecto, pero es innegable que en los últimos años hemos asistido a debates sobre políticas profundas, que hace años no se daban. La renovación de la Corte Suprema, el juicio a las militares del proceso, la nacionalización de los fondos de las AFJP, el debate sobre las retenciones, el Fútbol Para Todos, la Nueva Ley de Medios Audiovisuales, la Asignación Universal Por Hijo, el uso de las reservas del estado, el matrimonio igualitario, son algunos de los temas que, a mi entender, marcaron un antes y un después en la Historia reciente de nuestro país. Sobre algunas de estas medidas todavía hoy podemos encontrar diferentes opiniones, sin embargo, hay otras que indiscutiblemente fueron acertadas, y no dejan lugar a demasiadas dudas. Por ejemplo el traslado de los fondos de las jubilaciones a la ANSES. Esta medida permitió, entre otras cosas, crear la asignación universal por hijo. No creo que nadie pueda estar en contra de esto. Sin embargo, en su momento, muchos políticos de la oposición se declararon en contra de la nacionalización de los fondos. Es fácil imaginar que si se hubiese impuesto su visión, hoy no tendríamos asignación por hijo. También es fácil imaginar que si fuera por varios de los políticos de la oposición no se hubiera sancionado la Ley de Medios, o no se le hubiese sacado el monopolio del fútbol al grupo Clarín. Todas estas son medidas que en su momento fueron cuestionadas, y luego resultaron beneficiosas para el país. Me pregunto: ¿No tendrían que hacerse cargo de sus malos accionares recientes los políticos de la oposición? ¿No es injusto que sigan opinando, después de tantos errores? Teniendo en cuenta su accionar negligente e incorrecto, ¿podemos hablar de mala praxis política?
Lamentablemente, todo parece dar lo mismo. Carrió sigue opinando con autoridad, intentando predecir el futuro, como si alguna vez hubiese tenido razón, Gerardo Morales esta a favor de un aumento impracticable a los jubilados, cuando les recortó sus ingresos en un 13% siendo funcionario de Fernando de la Rúa. Pino Solanas votó en contra de las retenciones y, sin ir mas lejos, ayer participó en un acto de los hermanos de Angeli, pero se lo sigue viendo como un político progresista.
Tal vez, a casi un año de las elecciones, habría que empezar a repasar el historial de los personajes políticos que forman parte de nuestra realidad. Ver donde estuvieron parados en los momentos bisagra de los últimos años, y tratar de imaginar que hubiese sido del país si hubiesen triunfado sus decisiones.

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